EL SANEAMIENTO DE LA BANCA

  

            El viernes pasado la consultora  OLIVER WYMAN determinó que la Banca española precisa 53.745 millones de € de capital.  De esta cantidad, al menos 46.000 millones  irán por cuenta del contribuyente. Se trata de una de las pocas cosas que son seguras en este momento, porque es el oxigeno imprescindible para que las entidades ya intervenidas (Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia y Banco de Valencia) recuperen las constantes vitales básicas.

            Sin embargo, esta no es la cantidad total que nos va a costar, porque hay que añadir las cantidades ya aportadas:

Caja sur	400 millones
CAM	5.250 millones
BANKIA	11.000 millones
NOVAGALICIA
CATALUNYA CAIXA
B. CIVICA	2.000 millones
CAJA ESPAÑA	1.375 millones
BANCO VALENCIA	1.000 millones

 

            La suma de estas cantidades,  que podemos considerar ya prácticamente perdidas, es de 21.025 millones, de los que 5.000 proceden del Fondo de Garantía de depósitos de la banca. El resto, unos 16.000, han salido de las aportaciones públicas.

            Mención aparte merece el Banco Popular, al que OLIVER WYMAN atribuye una necesidad de capital de 3.223 millones.  Angel  Ron, presidente del Banco, considera que " debilitará a las entidades y añadirá mas confusión", si bien a continuación  convocó al Consejo de Administración con el fin de proponer una ampliación de capital y suprimir el reparto de dividendos; eso sí, con un cabreo importante. La alternativa que tiene no es otra que recurrir a las ayudas públicas.

            Hace cinco años en España había 57 entidades financieras relevantes. Cuando la reestructuración acabe  no quedaran más de diez, y el Estado habrá aportado a éstas no menos de 62.000 millones de €. De esta cantidad puede que recuperemos algo cuando se vendan, pero no nos engañemos, será un porcentaje reducido, por la simple razón de que el capital entregado va destinado a cubrir pérdidas que ya se han producido, estén contabilizadas o no. De eso va precisamente la auditoria.

            Se trata, nada menos, que del 6% del PIB. Por compararlo con una referencia conocida, unas 60 veces lo que nos costó sanear BANESTO en 1.993.  Y aún así,  casi ningún analista piensa que vaya a servir para que vuelva el crédito a corto plazo; ni tampoco está garantizado que vaya a ser suficiente.