Llevamos dos años combatiendo al enemigo equivocado. El gobierno español -tanto el actual como el anterior - libra una batalla radical contra el déficit, lo cual es inevitable, cuando nuestros problemas reales son la enorme deuda privada y la recesión. Los responsables son conocidos; las entidades financieras que tomaron decisiones equivocadas en la concesión de prestamos, y el Banco de España y los sucesivos gobiernos que no lo impidieron. Con datos del 2011, la deuda privada era del 300% del PIB y la publica del 70%. Sumados ambos, una barbaridad.
Si en una economía todos los agentes deciden a la vez gastar menos de lo que ingresan, no hay nada que pueda evitar una profunda depresión, que es, precisamente, lo que esta ocurriendo. El sector privado ha pasado de tener un déficit del 11'5 % en el 2007 a un superávit de mas de un 5% en el 2010 y en el 2011; y el sector publico tiene como objetivo reducir el déficit del 9'3% al 6,3% en un solo año. El ajuste fiscal es imprescindible y tenemos que adaptar nuestra estructura administrativa a la realidad post-burbuja, pero la manera y el ritmo al que se está haciendo es sencillamente suicida.
Humildemente, creemos que en esta crisis se está actuando en función de premisas ideológicas que la realidad no corrobora. La historia económica nos dice que de ninguna de las grandes crisis de endeudamiento se ha salido con una reducción drástica del gasto publico y escasa inflación, que es la receta impuesta por Alemania.
Esta es una historia entre acreedores y deudores. La política de Bruselas y Berlín consiste en hacer lo imprescindible para que el Euro no se rompa, y forzar a los países deudores a que recortemos gastos e inversiones con el fin de poder pagar nuestras deudas. Es la lógica de la aritmética a corto plazo, que olvida que nuestra burbuja se financio con dinero alemán y francés principalmente. De modo que Alemania y Francia también cometieron errores; el principal, prestar a las entidades financieras españolas, alimentando una burbuja que algún día iba a pinchar.
Si el objetivo es resolver el problema financiero, puede que funcione a medio plazo, alargando las penurias para empresas y familias 5 o 6 años más. Pero si lo que queremos es salir de la recesión y crear empleo no va a funcionar, porque se trata de una política equivocada y porque hoy sabemos que no ha dado resultado en ninguno de los países en los que se ha intentado. En este sentido, los últimos datos de las CCAA son ilustrativos; Castilla la Mancha ha reducido el déficit 3 puntos y el empleo cae un 8%, 3 puntos mas que en el resto de España.
Si vamos a pedir el rescate, solo nos queda confiar en la remota posibilidad de que haya algo de vida inteligente y que el memorándum hable mucho más de crecimiento y reparto de los costes que de condicionalidades; porque sin crecimiento ningún ajuste hará que nuestro país pueda pagar sus deudas.
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